Por los rocieros del cielo

A tí, rociero del cielo. A tí que habitas las marimas eternas y estás cerquita de ella. Tú que contemplas ya su rostro y emprendiste el camino anhelando llegar a su ermita en el cielo. Allí donde tu pará rociera será eterna. "Cuando esta vida acabe llévame hasta tu Pastor que si eres tú quien me lleva yo moriré sin temor". Mientras caminamos en la tierra cada rociero lo hace tras el Simpecado de su Hermandad. Cuando emprendemos el camino hacia tu cielo, no lo hacemos solos, vamos tras el llamado "Simpecado de los Difuntos". El cual bordaron para que todas las almas rocieras se encuentren recogidas en él. Ese simpecado que acompaña a los hermanos de la Hdad. Matriz de Almonte cuando fallecen y que se encuentra en la Ermita junto al paso de procesión de la Señora.