Málaga Peregrina

La Hermandad de Nuestra Sra. del Rocío de Torremolinos ha peregrinado este fin de semana hasta los pies de la Blanca Paloma acompañando a su Hermandad Madrina, la Real Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Málaga.

Muchos eran los rocieros de Torremolinos que en la tarde del viernes emprendían camino al encuentro con la Señora. El sábado, se vivieron momentos llenos de Hermandad entre los torremolinenses que allí se encontraban. Por la mañana, a las 12, participamos en el Ángelus de nuestra Madrina y por la tarde en el Rosario por las calles de la Aldea organizado por la Hermandad Matriz de Almonte. A su término, se le hizo entrega a Ricardo Gómez, antiguo Presidente de la Real Hermandad de Málaga, de la Medalla de Oro de la Hermandad, un reconocimiento a su labor y entrega que hizo que todos los que estuvimos allí rompiéramos en aplausos a los pies de la Virgen del Rocío. Una persona que quiso mucho a nuestra Hermandad, siendo durante su mandato, cuando la Hermandad de Torremolinos pidiera que la Real fuese su Madrina.

Además, por la noche, los rocieros de Torremolinos participaron en el rezo del Santo Rosario ante el Simpecado de la Real Hermandad del Rocío de Málaga.

 

Un momento especial se vivió en la mañana del Domingo, cuando antes del Ángelus, el Banderín de nuestra Hermandad abandonaba el lugar que ocupaba en el altar realizado por la Delegación de Mayordomía y las Camaristas; para acudir a la cita anual con la Señora. Los más pequeños, con sus varas de romero precedían a quienes portaban las ofrendas que se entregarían a la Virgen del Rocío, un canasto de flores y una cesta con alimentos para las familias más necesitadas.

 

Todos juntos, Hermandad Filial y ahijadas, emprendíamos el camino al encuentro con la Señora en su Ermita. Una vez dentro, los sentimientos de Málaga entera se hacen oración. El Simpecado de nuestra Madrina, preside la Eucaristía y entre las peticiones, una muy especial del pueblo de Torremolinos, en la voz de nuestro Teniente Hermano Mayor, pidiendo por aquellos que nos han abandonado ya y han acudido al encuentro con el Señor.

Se trata de una jornada muy especial, la vivida el domingo, ya que se daba por finalizado el Año Santo de la Misericordia, declarado por su Santidad, el Papa Francisco, y qué mejor forma de hacerlo que junto a la Virgen del Rocío, Madre de Misericordia, Madre de Dios y Madre Nuestra.